[su_box title=»Por qué la moda es una forma de expresión» box_color=»#f97cb7″ title_color=»#ffffff»]La ropa es algo que no sólo sirve para vestir el cuerpo, mantenerlo caliente o cubrirlo, sino que ha evolucionado al mismo tiempo que el ser humano y con ello se ha convertido en un medio de expresión con el que tenemos la oportunidad de mostrar al mundo lo que somos y lo que pensamos. La moda hoy en día es un fenómeno social, cultural y generacional que impacta y transforma al complejo ritmo del pensamiento colectivo. Por eso hoy en día los avances tecnológicos se han utilizado para crear prendas con un valor añadido que permite una mejor adaptación a las necesidades de cada individuo.[/su_box]
Contenido
Por qué la moda es una forma de expresión
Bastones de campana y zapatos de plataforma en los años 70.
En los 90, tallas muy altas para mostrar los piercings.
…y cómo evitar los pantalones caídos de hoy para mostrar cierta ropa interior de marca.
Todo esto es simplemente «usado» o «tomado» a la vez.
La mayoría de nosotros hemos «caído» en una u otra tendencia de la moda, especialmente a una edad temprana.
¿Pero por qué seguimos las tendencias que nos marcan? ¿Nos gusta vestir como los demás?
La moda siempre ha sido vista por muchos como un aspecto banal, basado en frivolidades que contradicen las cuestiones del alma y las características de la gente vanidosa.
Estos prejuicios existen en gran parte debido al típico despilfarro de la industria, el uso de pieles, los trajes demasiado caros y la obsesión por la extrema delgadez. Sin embargo, como todo en la vida, también tiene sus dos caras, ya que la moda se puede observar como un medio de expresión que a través del estilo permite reflejar la ideología, la personalidad e incluso el estado de ánimo.
La ropa no sólo sirve para vestir el cuerpo, para mantener el calor o para taparse. Ha evolucionado junto con el ser humano y con ello se ha convertido en un medio de expresión con el que tenemos la oportunidad de mostrar al mundo lo que somos y lo que pensamos.
La moda y la identidad
La moda es un fenómeno social, cultural y generacional que impacta y se transforma al complejo ritmo del pensamiento colectivo.
Un ejemplo de ello es el estilo punk que, en su tiempo, a través de una forma de vestir, creó resistencia contra un sistema exclusivo y opresivo, en una época en la que la juventud se sentía en el limbo social. Con la ropa utilizada, la estética y la apariencia implementada en el atuendo un poderoso recurso para que las ideas liberadoras se materialicen.
Otros que expresan su criterio a través de su ropa son los hippies, que escapan de la violencia y proclaman la paz y el amor entre las personas, con el pensamiento de que todos somos iguales, odian la política e incluso se podría decir que tienen ideas anarquistas.
«Emo» describe un estilo de comportamiento o un estado general de infelicidad o melancolía. Es un estilo de vida que la gente adopta, especialmente los jóvenes.
Una persona que se considera «emo», fuera del ámbito musical, es una persona que con su estética trata de parecer triste y amargada, basando toda su fisicalidad en «problemas emocionales».
La moda también trae consigo la historia, es un fiel catalizador de los tiempos, un espejo del tiempo.
Conocer el fondo y el origen de una pieza que se pone es una forma de profundizar aún más en la importancia de la misma.
La moda como expresión cultural
La moda y la cultura son conceptos relacionados, ya que a lo largo de la historia la moda ha acompañado los cambios culturales, políticos y sociales de los pueblos. En la historia europea, la moda comenzó en la época en que se desintegró el feudalismo y se establecieron rutas de comunicación entre las ciudades nacientes. El deseo de distinguirse desempeñó un papel fundamental en el origen de la moda.
La moda se rige por criterios diferentes a los del diseño. El diseño debe ser práctico, para crear prendas que se basen en la estética, que sean cómodas de llevar en determinadas circunstancias y que sean funcionales, es decir, diseñadas para satisfacer una necesidad. La moda, en cambio, propone prendas atractivas y ornamentales, aunque no sean prácticas, cómodas o funcionales.