A la hora de aislar planificar la modernización térmica, conviene recordar que actualmente existen más soluciones disponibles que “lana” o “poliestireno”.
En esta ocasión, te explicamos en qué consiste el método de aislamiento térmico por insuflado.
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Aislamiento por insuflado: Una opción eficiente
Un techo mal aislado provoca pérdidas de calor, que sentimos dolorosamente al pagar las facturas de calefacción. Si bien aislamos cada vez mejor las casas nuevas (esto es el resultado, entre otros, de las normas de construcción), el problema a menudo surge con los edificios más antiguos que estaban aislados de manera insuficiente o negligente.
Una capa demasiado pequeña de material aislante no protegerá contra la pérdida de calor. Del mismo modo, si el aislamiento no forma un revestimiento uniforme, entonces el llamado puentes térmicos a través de los cuales se escapa el calor y, debido a las diferencias de temperatura, surgen problemas adicionales con la humedad. Esto da como resultado el desarrollo de moho y hongos, así como una reducción adicional de las propiedades aislantes del material aislante.
La espuma de poliestireno y la lana de roca llevan años dominando el mercado de los materiales aislantes, y son materiales con innegables ventajas. Sin embargo, también vale la pena prestar atención a otros materiales y métodos de aislamiento.
Mientras que en el caso de las nuevas edificaciones el aislamiento de lana o poliestireno es fácil de implementar, en las casas existentes su uso se asocia a trabajos más onerosos. Para hacer una capa adicional de aislamiento de lana de roca de un espacio ya construido, se debe tener en cuenta la necesidad de desmontar el edificio. En este caso, el aislamiento por insuflado se muestra como una opción interesante.
Aislamiento por insuflado, una solución para todo tipo de vivienda
El aislamiento con el método de insuflado tambíen llamado inyectado se puede utilizar en el caso de edificios nuevos, pero su innegable ventaja es la posibilidad de un aislamiento preciso de las casas más antiguas. En este método, el material aislante en forma de gránulos se aplica por soplado. Como resultado, todos los lugares de difícil acceso están aislados de manera precisa y uniforme. Además, no es necesario desmontar el espacio.
Los agujeros preparados son suficientes para insertar el material. Este método se puede utilizar para aislar techos planos y empinados. El trabajo es rápido (1-2 días) y no hay desperdicio. Para el aislamiento mediante insuflado, se necesita un equipo adecuado, por lo que no lo haremos nosotros mismos, por lo que debe contratar una empresa especializada en este tipo de trabajos.
Si queremos aislar un edificio antiguo, vale la pena comenzar con una prueba de cámara termográfica. Gracias a esto, sabremos qué lugares requieren una atención especial.
Este tipo de aislamiento térmico también se le cataloga como un aislamiento sin obra. Es considerado como un opción de aislamiento económico y rápido.
Materiales utilizados en aislamiento por insuflado
Insuflar (o soplar) es una forma de aplicar material de aislamiento térmico. Sin embargo, el material en sí puede ser diferente: se utilizan gránulos de lana y poliestireno, así como celulosa suelta. El último material, celulosa suelta, está hecho de tipos seleccionados de papel de desecho de periódicos.
Por su parte, los materiales de celulosa tienen propiedades de aislamiento térmico comparables a las de la lana mineral. Se evidencian por el coeficiente de conductividad térmica – lamba (ʎ). Para los materiales celulósicos varía de 0.045 W / mK a 0.037 W / mK, y cuanto más bajo sea, mejor, ya que se puede usar una capa más delgada de aislamiento térmico. Con celulosa con lambda de 0,037 W / mK, una capa de 21 cm de espesor proporciona un coeficiente de transferencia de calor de 0,18 W / m²K; es decir, además de sus buenas propiedades de aislamiento térmico, la celulosa también se distingue por su alta capacidad para absorber y devolver la humedad contenida en el aire. Y esto significa un microclima saludable de las habitaciones y sin problemas con la aparición de moho y hongos en un ambiente húmedo.
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